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Brasil devalúa su moneda: los empresarios locales prenden luces de alerta, los turistas argentinos festejan la llegada del “2R”


Brasil devalúa su moneda: los empresarios locales prenden luces de alerta, los turistas argentinos festejan la llegada del “2R”

12/12/2012 El real brasileño se abarató a su nivel más bajo de los últimos cuatro años y ahora ronda los 2,10 por dólar. Los argentinos que vacacionen en ese destino podrán sacarle más jugo a su dinero. Como contrapartida, los ejecutivos de firmas argentinas temen avalancha de productos "verdeamarelos"
Por Juan Diego Wasilevsky
Última actualización: 12/12/2012 11:12:03 am
La agenda política de los últimos meses estuvo plagada de sucesos que fueron bautizados a partir de un número y una letra.
Así fue como en el calendario pasaron el "8N" -de la mano de los cacerolazos-, el "20N" -la sigla para representar el primer paro nacional en contra del Gobierno- o el "7D" -la fecha que, según el Ejecutivo, iba a implicar un cambio rotundo en el mapa de los medios en la Argentina pero que se frustró por una medida judicial-. 
Y así como la política tiene su agenda plagada de números y letras, los empresarios tienen su propia sigla: "2R".
En este caso en particular, no se trata de un día o de un suceso especial, sino que es un proceso paulatino pero constante y que le está pegando en los talones a la industria argentina: elabaratamiento de la moneda brasileña en relación con el dólar.
En efecto, luego de mantenerse estable durante al menos seis meses, el real inició un firme camino hacia su ebilitamiento que encendió las luces de alerta en los tableros de control de las empresas argentinas. 
Y si bien en los últimos días este proceso se moderó, el hecho clave es que la moneda del país vecino viene de arañar los 2,15 reales por dólar, lo que implica el menor nivel desde abril de 2009, es decir, de los últimos 44 meses. 
A esto hay que sumar que, desde esa fecha hasta la actualidad, la inflación local acumuló una suba cercana al 100%, multiplicando varias veces al indicador de precios brasileño, volviendo a la economía albiceleste mucho más cara en términos de dólar.
En este contexto, hay un dato más preocupante aun: el tipo de cambio real bilateral, es decir, el indicador que mide el valor de ambas monedas pero considerando el índice inflacionario local y del país vecino, no paró de deteriorarse. 
En efecto: de ese grueso "colchón" cambiario que le daba "oxígeno" a la industria argentina se pasó a un preocupante escenario en el que sólo queda un puñado de centavos de competitividad antes de volver a caer en los niveles del año 1998. 
De hecho, en la actualidad, la relación entre el peso y la moneda brasileña -en términos reales- se encuentra en el peor nivel desde el año 2004. 
Así, tras haber alcanzado el récord de 2 reales por cada peso a comienzos de 2010, el "colchón" competitivo no paró de desintegrarse, a tal punto que hoy cada unidad de la moneda argentina equivale a tan sólo 1,28 reales, tal como se puede observar en la siguiente infografía: 
Es decir que esos 28 centavos son la magra cifra que separa al tipo de cambio real de la situación imperante a fines de la convertibilidad. 
En este sentido, cabe destacar que esa misma paridad -considerando índices inflacionarios- es la que ya se registra en la relación entre peso y dólar, lo que implica que las empresas argentinas que exportan a los Estados Unidos son tan poco competitivas -en términos cambiarios- como lo eran durante la el 1 a 1.
"Brasil está desandando el camino que lo llevó al atraso cambiario, tras perder la senda del crecimiento económico y dejar a la industria en recesión. En poco más de un año, ya empiezan a observarse señales de reactivación entre sus empresas. Lamentablemente, mientras Brasil logra salir del atraso cambiario, la Argentina lo profundiza", disparó Ramiro Castiñeira, analista de la consultora Econométrica.
Cabe destacar que días atrás el propio ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, había asegurado que la devaluación del real "llegó para quedarse". 
En diálogo con iProfesional.com, Mariano Lamothe, economista de Abeceb, sostuvo que "hay una decisión muy clara por parte del gobierno brasileño de recuperar la competitividad cambiaria perdida. Y esto claramente nos juega en contra, porque antes el peso se mantenía muy atado al dólar mientras que el resto de las monedas se apreciaban frente a la divisa estadounidense. Esta dinámica cambió: ahora el real se devalúa y esto mete presión a la Argentina, porque quedarse quietos implica resignar mucha competitividad cambiaria pero acelerar el ritmo conlleva riesgos de mayor inflación".
Luces amarillas en la industria
Para la industria con "ADN" nacional, el súbito movimiento de la moneda brasileña llega en un mal momento.
Al respecto, el economista Lucio Castro, del Centro de Implementación de Políticas Públicas para el Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), destacó a iProfesional.com que "el panorama para losempresarios locales es muy complicado. Los costos salariales en la Argentina ya son un 30% más elevados en dólares y en términos reales que los de Brasil. A esto hay que sumar que los aumentos de dichos costos en nuestro país superan ampliamente a las mejoras en la productividad, lo que lleva a que en definitiva la industria termine perdiendo peso tanto en elproducto bruto como en la generación de empleo".
Pero no sólo eso: a medida que la Argentina se fue haciendo más cara -de la mano de una tasa de devaluación que en los últimos años no paró de correr por detrás de la inflación-, los productos nacionales no dejaron de perder terreno en las góndolas brasileñas.
En efecto: en 2012, la participación de los artículos albicelestes en el total importado por el país vecino alcanzó el nivel más bajo de toda la era kirchnerista, con un share cercano al 7%, lo que marca a las claras que el campo perdido por la Argentina está siendo ocupado porproducción brasileña o por importaciones de otros orígenes.
El directivo de una de las cámaras autopartistas más representativas de la industria, que pidió estricto off the record, aseguró que "los envíos a Brasil están perdiendo dinamismo. Tenemos casos de empresas que exportaban componentes para armar cajas de velocidad y ya no están renovando contratos para 2013. En muchos casos fueron reemplazadas por empresas brasileñas, pero también por firmas europeas que, aunque parezca increíble, trabajan con precios más bajos que los nuestros".
El directivo, quien además preside una compañía autopartista en Rosario, aseguró que "el principal problema está en la suba de la mano de obra local. Hace un par de años este componente representaba el 27% del valor de venta promedio de nuestros productos. Ahora la proporción llega al 44%. Esto significa que no paramos de resignar rentabilidad para poder seguir compitiendo".
"Para nosotros sería interesante que se avance en una devaluación a un mayor ritmo, pero no somos ingenuos y sabemos que la inflación es un factor que condiciona mucho al Gobierno kirchnerista", concluyó el directivo.
Por su parte, el gerente de una de las cámaras de línea blanca, sector que nuclea a fabricantes deheladeras, cocinas, lavarropas y termotanques, alertó que "todo lo que suceda en Brasil a nosotros nos impacta. Es más, diría que lo que ocurre con el real influye más en la industria que lo que pase con el dólar. En cocinas, por ejemplo, hoy tenemos casi el 90% del mercado, pero una década atrás, cuando no había controles, los brasileños tenían casi el 60% del negocio. No queremos que se repita esa experiencia traumática para la industria local".
El directivo aseguró que "un real en los niveles actuales nos complica porque, si bien en el mercado interno estamos protegidos, nos imposibilita salir al exterior con nuestros productos, porque Brasil se vuelve cada vez más atractivo para proveer a toda la región".
Cabe destacar que la Argentina fue quedando marginada en el negocio de exportación de electrodomésticos. En cocinas, por ejemplo, en 2011 realizó envíos por apenas u$s290.000, en tanto que de heladeras, apenas logró exportar u$s1,8 millones, frente a los u$s8,5 millones del 2007.
En este contexto, el directivo aseguró que "si no se compensa la devaluación del real y la suba de costos en el mercado interno, vamos a estar en problemas".
Pero el dilema de competitividad no sólo afecta a los sectores industriales, sino también a los productores de bebidas y alimentos. En este sentido, Alberto Arizu, presidente de Bodega Luigi Bosca aseguró que para vender a un mercado como Brasil, "donde las correcciones de precios no se pueden hacer, ya que no tienen una inflación como la que tenemos nosotros", indefectiblemente se debe perder rentabilidad. 
Frente a este escenario, Lamothe aseguró que las perspectivas indican que la situación cambiaria con respecto a Brasil, lejos de mejorar, tenderá a deteriorarse aun más en 2013: "Más que la foto, me preocupa la película. La dinámica indica que seguiremos resignando competitividad frente al real".
El punto central es que, según el consenso de las principales consultoras, el peso acumulará unadevaluación del orden del 20% el año próximo, es decir, unos cuatro puntos por debajo del índice inflacionario, según proyecciones de Abeceb.com.
De este modo, cualquier movimiento devaluatorio en Brasil, en un contexto de inflación controlada en el país vecino, significará que el colchón tenderá a desinflarse más todavía.
El turismo, la contracara
En este contexto adverso y cada vez más plagado de dificultades para los industriales locales, hay una contracara y es la que viven los turistas argentinos que están haciendo sus planes para veranear en Brasil.
Sucede que una devaluación no sólo hace más baratos en términos de dólar los bienes que exporta el país vecino, sino que también abarata en términos de billete verde los servicios que cotizan en reales, tales como las comidas en restaurantes, el alquiler de autos y hasta las excursiones.
De este modo, gran parte de los argentinos que para esta temporada de verano decidan descansar en algunas de las tantas playas brasileñas, se encontrarán con que sus billeteras rendirán másque el año pasado.
Y esto se debe a que, mientras que en el mercado interno las mejoras nominales que experimentaron los ingresos se licúan por la propia dinámica inflacionaria, en Brasil, con una inflación del orden del 6% anual, la cuenta termina resultando favorable.
"El turismo hacia Brasil este año, sin dudas, va a tender a crecer respecto a la temporada anterior, en parte porque el 15% que el Gobierno impuso a las compras con tarjeta de crédito no compensa el diferencial cambiario por el aumento de precios en la Argentina", explicó Castro.
De este modo, mientras crece el temor entre los empresarios exportadores, los turistas están de festejo, dado que 2013 será otro año en el que podrán volver a disfrutar de las playas brasileñas. Dos caras de un mismo fenómeno que, en tren de mantener el estilo, bien podría denominarse "2R".

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